EL
REGALO PARA MAMÁ
La falta de tiempo te aleja hasta de lo que
más te gusta hacer, en mi caso, escribir. Sin embargo una fecha tan memorable
como el Día de las Madres no podía ser olvidada.
Toda madres es mujer, pero no todo mujer es
madre. Cuando tienes un hijo le sumas como 158 niveles a este complicado juego
de pertenecer al sexo femenino.
Hoy quiero hacer, de corazón, un
reconocimiento a todas las mujeres, pero en especial a las madres.
Cuando el resto de la humanidad no
perteneciente al gremio maternal piensa en este día, comienza a tramar mil y
una ideas para el famoso regalito. Tristemente, y como en su mayoría esta
responsabilidad cae en los hombres pues el regalo se resume a conceptos
básicos. Llegan a casa los siguientes obsequios: plancha (bien sea de pelo o de
ropa, da igual), licuadora, tostadora, aspiradora, cafetera, y/o cualquier
electrodoméstico que a su criterio lograrán hacernos felices. Hay quienes
completan el segmento con utensilios, como vasos, platos, cubiertos, floreros,
manteles. Los más avanzaditos (y actualmente los más pudientes económicamente)
recurren a la tecnología: teléfonos inteligentes (que después no te dejan usar
porque dicen que estás pegada todo el día al perolito ese, que a quién le
escribes?, que si lo estás engañando, etc), tablets, ipods o algún otro
instrumento de comunicación o entretenimiento que en muchos casos hasta termina
siendo burla porque nuestro hijo de 8 años sabe manejarlo mejor que nosotros.
También existen los más arriesgados, los que regalan ropa interior, OMG, es que
acaso no recuerdan que el regalito deben entregarlo los hijos y que seguramente
una panty como esa estuvo involucrada en la creación de tu muchachito?
Cuando tienes una esposa, madre, tía, abuela,
hermana que ya tiene hasta los cuchillos Ginsu 2000, que no se le da lo de la
tecnología, que no le hace falta ni Harina Pan con todo y escasés y que además
te ha dejado claro que como le regales los mismos zarcillitos de todos los años
te los va a pegar por la cabeza, es justo allí cuando estás en la Mamá, pero de
los líos.
Acepten la verdad, no existe regalo perfecto
para una madre, somos mucho con demasiado, y es aquí donde quería llegar.
Ser mujer es complicadísimo, pero además ser
mamá ya es la tapa del frasco.
Somos superheroínas, médicos, enciclopedias
vivientes, maestras, deportistas, nutricionistas, recreadoras, amigas, brujas,
hadas, peluqueras, estilistas y pare de contar. Pasamos 9 meses con un ser
humano dentro de la barriga, víctimas de un vertiginoso cambio hormonal
incontrolable. Aumentamos sopotocientos kgs., nos hinchamos, algunas vomitan,
sufrimos acidez, lloramos, parimos a un niño de mínimo 2.5 kgs por un orificio
mucho más pequeño que su cabeza, las que no pueden parir deben someterse a una
cirugía y quedarse para toda la vida con una cicatriz en la panza. Pasamos
noches, días, semanas y hasta meses sin dormir. Aprendemos las propiedades de
cuanto alimento existe, nos volvemos expertas en alergias e intolerancias, en
papillas, sopas, teteros, higiene, juegos, cambiamos pañales, cantamos ,
limpiamos, nos sabemos de memoria los programas infantiles, perdemos la
vergüenza de medio desnudarnos en la calle para dar pecho, superamos el miedo
escénico siendo capaces de hacer cualquier ridículo por nuestros hijos,
llevamos a los niños al cole, al ballet, al karate al fútbol, al pediatra, a
las piñatas, a la playa, al parque; los enseñamos a hablar, a caminar, a rezar,
a montar bici, a pintar, a cepillarse los dientes, , complementamos el
aprendizaje de la lecto-escritura, revisamos tareas, leemos cuentos, sacamos
piojos, lloramos con sus errores y celebramos sus triunfos.
Entonces, una madre es y hace lo que nadie más
puede ser y hacer a la vez. Madrugamos (eso en caso de que hayamos dormido),
hacemos desayuno, vestimos a los niños para el cole, revisamos los bolsos, los
llevamos, nos vamos al trabajo, al gimnasio o a la casa según sea el caso, esto
siempre bien arregladas, al mediodía tenemos el almuerzo listo, llevamos a los
chamos a las necesarias y costosas actividades extracurriculares, los bañamos,
los dormimos y velamos sus sueños. Esto en condiciones normales porque si el
niño está enfermo entonces nos aprendemos la hora a la que le toca cada
medicamento, lo revisamos en la madrugada a ver si no tiene fiebre, si tiene lo
bañamos, si tiene mucha tos lo nebulizamos y así sucesivamente.
Para rematar, le sumamos a todo esto que como
dije anteriormente, somos mujeres, o sea que a pesar de habernos trasnochado,
tener estrías y una cicatriz, ojeras y pies hinchados tenemos que vernos hermosas,
ser buenas y cumplir en la cama, mantenernos en forma, ser buenas hijas,
hermanas, amigas, ciudadanas, tener una melena de comercial, ser inteligentes
para poder competir a nivel laboral en un país machista, saber planchar y
cocinar, ir en tacones y nunca quejarnos. Imagínense todo eso el día 28 de cada
mes en nuestro ciclo menstrual, completa y absolutamente víctima de nuestras
hormonas, usando una toalla sanitaria que no te asegura que no sufras un
accidente y con dolor de vientre. Seguro que ese día tu maridito te dice: Ay,
es que últimamente estás como amargada……. NO ME JODAS
Somos todo lo nombrado anteriormente, o sea,
un poco de mujeres en una. Imagínense si ya es difícil vivir con una de
nosotras, no tienen idea de lo que es convivir con esta congregación de damas
dentro de una misma.
Por último, además somos venezolanas, cargamos
a cuesta esa responsabilidad hereditaria de pertenecer a la casta de mujeres
más bellas del mundo, qué molleja!
Así que, en días como el Día de la Madre, sean
creativos, pero sobre todo, amen a todas esas mujeres que están dentro de cada
una de nosotras, porque somos únicas e irrepetibles, como cualquier Madre.