martes, 21 de agosto de 2012

Tus Amigas: Brujas Honestas o Hadas Tramposas?

Hoy quiero dedicar este espacio a mis amigas, mis brujas queridas!
Siempre trato de contarles la verdad verdadera de muchas de las vicisitudes del embarazo, el parto (o cesárea) y de la maternidad, es decir, me declaro una Bruja Honesta!

Cuando confirmamos que vamos a ser mamá, queremos gritárselo al mundo, pero seguramente al igual que a mí las acompañará la muy conocida superstición de los primeros 3 meses, así que tratamos de aguantarnos hasta que esos fulanos 3 meses transcurren, y después explotamos a contárselo hasta a los desconocidos en el supermercado, sin embargo, siempre siempre al enterarnos le contamos inmediatamente a la familia y a nuestras mejores amigas, y a partir de este momento precisamente sabremos si nuestras amigas son unas Brujas Honestas o unas Hadas Tramposas!

Se preguntarán a que me refiero, pues sencillamente a que rara vez tus amigas te dicen toda la verdad acerca de lo que va a ocurrirte a partir de ahora, física, mental y emocionalmente, afortunadamente mis verdaderas amigas todas son unas brujas, y fueron más que sinceras, podría decir que hasta demasiado gráficas en algunas oportunidades, pero hoy se los agradezco de todo corazón, porque como ya lo hemos comentado aunque nada te prepara realmente para ser mamá, siempre es bueno tener más o menos algunas proyecciones reales al respecto.

Cuando digo que son Brujas Honestas es porque cuando estás felizmente embarazada no quieres escuchar nada que no sea empalagoso, de color pastel y con un fondo musical, así que todas las que contravengan esa sensación te parecerán unas brujas, pero también vas a encontrarte con aquellas que te acompañan en tus sentimientos poéticos y perfectos dejando de lado la dura pero necesaria realidad, las Hadas Tramposas. No con esto quiero decir que unas sean buenas y la otras no, por el contrario creo que ambas son necesarias para el equilibrio de tu psiquis gestacional, y tampoco que unas sean tus amigas y las otras no, realmente todas te quieren, claro está son tus amigas!

A lo largo de tu embarazo vas a encontrarte con todo tipo de cosas, desde los que te quieren sobar la barriga en la calle -cosa que a mi me disgustaba en demasía-, hasta aquellas que en plena reunión te cuentan lo duro que fué su aborto!!!! Sí, eso pasa!!! y afortunadamente en ese momento me acompañaba una de mis mejores brujas, que con su super escoba barrió lejos de mi todas esas malas energías y enfáticamente le recordó que estabamos celebrando mi embarazo no su pérdida, por eso les confieso que en esos momentos no hay nada como contar con una buena bruja.

Y a medida que vayan transcurriendo los días y descubran que nada es perfecto, podría asegurar que van a preferir estar rodeadas de brujas que de hadas... porque las primeras van a prepararlas y acompañarlas en el duro transcurrir de los meses y si tienen suerte como yo, tambén estarán allí para decirles la verdad -aún cuando no quieran escucharla- al paso de los años.

Nuestra propia madre, envuelta en su amor infinito en ocasiones se convierte en un Hada Tramposa y nos oculta algunos detalles un tanto desagradables pero importantes de la situación que atravesamos, siempre estamos rodeadas de un halo mágico que envuelve a todas las fututras mamás, dejándonos un tanto indefensas ante la realidad.

Así pues cuando aquella amiga nos diga que ser mamá es la cosa más difícil que ha tenido que enfrentar, y que en ocasiones ha querido salir corriendo y dejarlo todo -todo incluso a su hermoso bebé- escúchenla atentamente porque de allí sacarán las mejores referencias para futuros inconvenientes, cada hijo y cada madre son únicos, pero una cosa si es segura, ningún bebé ha estado exento de querer ser abandonado aunque sea una vez!!! Y cuando sus amigas les cuenten que ya no pueden ni respirar en el último mes de embarazo, que los calambres no las dejan dormir, que desde que son madres no les queda tiempo ni para cepillarse los dientes, que no se han cambiado la ropa desde el día anterior, que no duermen completo desde hace meses, que el mejor regalo de cumpleaños sería un día de descanso -fué una petición de mi madre a mi abuela cuando yo nací-, que no ha podido tener con su esposo una conversación de mas de tres minutos desde que nació su bebé y que está tan agotada que en ocasiones solo se sienta a llorar, sepan que cada una de esas cosas son completamente ciertas y que seguramente ustedes vivirán aunque sea una de ellas, pero les aseguro que sus brujas también con lágrimas en los ojos les dirán que nunca habían sido tan felices!

Ahora bien si están rodeadas de Hadas Tramposas, que les hablan sólo de lo maravilloso que es el embarazo y sentir una personita que se mueve dentro de ti, que parir no duele, que nada se compara al momento en el que ves los ojos de tu bebé por primera vez, que verlo dormir es una experiencia casi sobrenatural, que amamantarlo es casi mágico, y que ser mamá es lo mejor que les ha pasado en la vida... escuchen igual atentamente porque seguramente todo eso también es verdad, sólo que ésta es la versión con edulcorante de las anteriores.

Vivan cada momento de sus embarazos y de su maternidad a plenitud, escuchen siempre con atención un buen consejo y no descarten nada por insólito que parezca, pero sobretodo agradezcan por tener en su vida a las brujas y las hadas de su cuento!!

Claudia

RESULTADO: POSITIVO

Luego de algún tiempo de ausencia, por eso de que a las mamás nos faltan horas en el día, regreso para seguir compartiendo con ustedes mis in-experiencias en el arte de ser mamá y todo lo que eso conlleva.

Como bien lo expresa el título que decidí colocarle a mi historia, quisiera hablarles de mi experiencia en el momento en que confirmamos que efectivamente ¡estamos embarazadas! Y claro está, un poco del antes y el después.

Yo, siempre fui y quizás sigo siendo bastante tradicional e incrédula con respecto a ciertas cosas, razón por la cual por ejemplo no me gustan las comidas precocidas o listas para servir, porque me cuesta creer que una comida que fue preparada en serie y condensada en una lata, caja o bolsa, pueda saber bien, y lo mismo me pasaba con las pruebas caseras o test de embarazo que venden en la farmacia, lo fácil no siempre es confiable, así que opté por la tradicional y muy segura prueba de sangre, pero lejos de lo que yo creía no resultó ser tan simple...

En primer lugar esperé que llegara y pasara el día de mi menstruación, gracias a la naturaleza creo que es en lo único en lo que soy puntual, así que pasado ese día estaba casi segura de que estaba embarazada, pero como apenas era la primera vez que lo intentábamos no quise ser tan optimista para evitar futuras decepciones, así que me fui al laboratorio más cercano para realizarme mi prueba, y allí me encontré con el primer obstáculo.

Llego yo, con mi cara radiante y de señora casada -porque a pesar de que siempre nos ufanamos de ser liberadísimas, feministas y mujeres independientes ajenas e indiferentes a los pensamientos de los demás por lo que somos, en el fondo, muy en el fondo no nos gusta que nos juzguen de manera alguna-, así pues que me dispuse a comunicarle a la señorita que atendía que yo venía realizarme una prueba de embarazo, a lo que ella sin levantar siquiera la mirada me pregunta: ¿cuántos días de retraso tiene?, con una voz casi automática como salida de una grabadora de buzón de voz, y como afortunadamente fui más rápida que ella le hice una pregunta antes de responder: ¿por qué, eso es importante? A lo que ella monótonamente responde que sí porque debo esperar 15 días después del primer atraso, que si antes de eso no es confiable, etc., etc., etc., pero como yo no estaba dispuesta a esperar toooodo ese tiempo le dije que exactamente ese era el tiempo que tenía de retraso y que por favor me tomara la muestra, pues así fue, vino otra señorita un poco más amable me sacó la sangre, y al salir le pregunté a la primera en cuanto tiempo podía recoger los resultados y nuevamente con voz de aburrimiento me dijo que para la tarde podía recogerlos.

De más está decirles que esas horas se hicieron eternas, sobre todo porque no quería decirle a nadie y menos a mi esposo que había ido a hacerme la prueba, un poco porque no quería decepcionar a nadie pero fundamentalmente no quería decepcionarme a mí misma, así que esperé, esperé y esperé, hasta que se hizo la hora de recoger mis resultados.

Hasta ahora supongo que todas han seguido con verdadero interés la historia, para esperar el momento mágico en el que yo abriese el sobre y descubriera el resultado; pues yo también soñé con ese momento, pero aquella señorita que apenas me había mirado cuando fui en la mañana, sólo estaba esperando que yo regresara para echarme a perder mi tan esperado momento, y cuando apenas le pregunté por mis resultados, ella muy sonriente me lo entrega y me dice “FELICITACIONES”!!!!! ¡Quería asesinarla!  

Había pasado la madrugada entera, la mañana y ya parte de la tarde imaginándome corriendo para llegar a mi casa y sentada en mi cama destapando el sobre para saber por fin si iba a ser mamá! Y esta mujer desconocida, poco amable, y completamente falta del sentido de la oportunidad, echó a perder en segundos lo que me había tomado largas horas de angustiosa espera acompañadas de una incertidumbre venenosa!!

No quisiera aburrirlas contándoles cada detalle de lo que vino después, solo quiero decirles que me desquité, pues pasé toda la tarde que me quedaba, planificando cómo decírselo a mi esposo, cosa que disfruté mucho sobre todo al ver su cara que era una mezcla de terror absoluto con una felicidad que aún disfruta y que gradualmente fue adquiriendo a medida que se consumía la botella de champaña que le tenía preparada.

Pero no quisiera despedirme sin antes contarles que a pesar de toda mi experiencia y de que la segunda vez me hice la prueba en un sitio completamente distinto, la señorita también poco amable del otro laboratorio, me hizo exactamente lo mismo que aquella otra hacía 3 años atrás, así que hoy en día no descarto las pruebas caseras, disfruten su momento a solas y si les quedan dudas, hagan como yo, vayan a un laboratorio y permítanle a una desconocida que les dé la noticia más importante de sus vidas con absoluto desparpajo.

Solo me queda decirles como siempre que no estoy aquí para dar consejos, sólo quiero compartir mis aventuras y desventuras y recordarles que la última palabra es de ustedes.

Claudia