lunes, 13 de mayo de 2013


EL REGALO PARA MAMÁ

La falta de tiempo te aleja hasta de lo que más te gusta hacer, en mi caso, escribir. Sin embargo una fecha tan memorable como el Día de las Madres no podía ser olvidada.
Toda madres es mujer, pero no todo mujer es madre. Cuando tienes un hijo le sumas como 158 niveles a este complicado juego de pertenecer al sexo femenino.
Hoy quiero hacer, de corazón, un reconocimiento a todas las mujeres, pero en especial a las madres.
Cuando el resto de la humanidad no perteneciente al gremio maternal piensa en este día, comienza a tramar mil y una ideas para el famoso regalito. Tristemente, y como en su mayoría esta responsabilidad cae en los hombres pues el regalo se resume a conceptos básicos. Llegan a casa los siguientes obsequios: plancha (bien sea de pelo o de ropa, da igual), licuadora, tostadora, aspiradora, cafetera, y/o cualquier electrodoméstico que a su criterio lograrán hacernos felices. Hay quienes completan el segmento con utensilios, como vasos, platos, cubiertos, floreros, manteles. Los más avanzaditos (y actualmente los más pudientes económicamente) recurren a la tecnología: teléfonos inteligentes (que después no te dejan usar porque dicen que estás pegada todo el día al perolito ese, que a quién le escribes?, que si lo estás engañando, etc), tablets, ipods o algún otro instrumento de comunicación o entretenimiento que en muchos casos hasta termina siendo burla porque nuestro hijo de 8 años sabe manejarlo mejor que nosotros. También existen los más arriesgados, los que regalan ropa interior, OMG, es que acaso no recuerdan que el regalito deben entregarlo los hijos y que seguramente una panty como esa estuvo involucrada en la creación de tu muchachito?
Cuando tienes una esposa, madre, tía, abuela, hermana que ya tiene hasta los cuchillos Ginsu 2000, que no se le da lo de la tecnología, que no le hace falta ni Harina Pan con todo y escasés y que además te ha dejado claro que como le regales los mismos zarcillitos de todos los años te los va a pegar por la cabeza, es justo allí cuando estás en la Mamá, pero de los líos.
Acepten la verdad, no existe regalo perfecto para una madre, somos mucho con demasiado, y es aquí donde quería llegar.
Ser mujer es complicadísimo, pero además ser mamá ya es la tapa del frasco.
Somos superheroínas, médicos, enciclopedias vivientes, maestras, deportistas, nutricionistas, recreadoras, amigas, brujas, hadas, peluqueras, estilistas y pare de contar. Pasamos 9 meses con un ser humano dentro de la barriga, víctimas de un vertiginoso cambio hormonal incontrolable. Aumentamos sopotocientos kgs., nos hinchamos, algunas vomitan, sufrimos acidez, lloramos, parimos a un niño de mínimo 2.5 kgs por un orificio mucho más pequeño que su cabeza, las que no pueden parir deben someterse a una cirugía y quedarse para toda la vida con una cicatriz en la panza. Pasamos noches, días, semanas y hasta meses sin dormir. Aprendemos las propiedades de cuanto alimento existe, nos volvemos expertas en alergias e intolerancias, en papillas, sopas, teteros, higiene, juegos, cambiamos pañales, cantamos , limpiamos, nos sabemos de memoria los programas infantiles, perdemos la vergüenza de medio desnudarnos en la calle para dar pecho, superamos el miedo escénico siendo capaces de hacer cualquier ridículo por nuestros hijos, llevamos a los niños al cole, al ballet, al karate al fútbol, al pediatra, a las piñatas, a la playa, al parque; los enseñamos a hablar, a caminar, a rezar, a montar bici, a pintar, a cepillarse los dientes, , complementamos el aprendizaje de la lecto-escritura, revisamos tareas, leemos cuentos, sacamos piojos, lloramos con sus errores y celebramos sus triunfos.
Entonces, una madre es y hace lo que nadie más puede ser y hacer a la vez. Madrugamos (eso en caso de que hayamos dormido), hacemos desayuno, vestimos a los niños para el cole, revisamos los bolsos, los llevamos, nos vamos al trabajo, al gimnasio o a la casa según sea el caso, esto siempre bien arregladas, al mediodía tenemos el almuerzo listo, llevamos a los chamos a las necesarias y costosas actividades extracurriculares, los bañamos, los dormimos y velamos sus sueños. Esto en condiciones normales porque si el niño está enfermo entonces nos aprendemos la hora a la que le toca cada medicamento, lo revisamos en la madrugada a ver si no tiene fiebre, si tiene lo bañamos, si tiene mucha tos lo nebulizamos y así sucesivamente.
Para rematar, le sumamos a todo esto que como dije anteriormente, somos mujeres, o sea que a pesar de habernos trasnochado, tener estrías y una cicatriz, ojeras y pies hinchados tenemos que vernos hermosas, ser buenas y cumplir en la cama, mantenernos en forma, ser buenas hijas, hermanas, amigas, ciudadanas, tener una melena de comercial, ser inteligentes para poder competir a nivel laboral en un país machista, saber planchar y cocinar, ir en tacones y nunca quejarnos. Imagínense todo eso el día 28 de cada mes en nuestro ciclo menstrual, completa y absolutamente víctima de nuestras hormonas, usando una toalla sanitaria que no te asegura que no sufras un accidente y con dolor de vientre. Seguro que ese día tu maridito te dice: Ay, es que últimamente estás como amargada……. NO ME JODAS
Somos todo lo nombrado anteriormente, o sea, un poco de mujeres en una. Imagínense si ya es difícil vivir con una de nosotras, no tienen idea de lo que es convivir con esta congregación de damas dentro de una misma.
Por último, además somos venezolanas, cargamos a cuesta esa responsabilidad hereditaria de pertenecer a la casta de mujeres más bellas del mundo, qué molleja!
Así que, en días como el Día de la Madre, sean creativos, pero sobre todo, amen a todas esas mujeres que están dentro de cada una de nosotras, porque somos únicas e irrepetibles, como cualquier Madre.