martes, 21 de agosto de 2012

Tus Amigas: Brujas Honestas o Hadas Tramposas?

Hoy quiero dedicar este espacio a mis amigas, mis brujas queridas!
Siempre trato de contarles la verdad verdadera de muchas de las vicisitudes del embarazo, el parto (o cesárea) y de la maternidad, es decir, me declaro una Bruja Honesta!

Cuando confirmamos que vamos a ser mamá, queremos gritárselo al mundo, pero seguramente al igual que a mí las acompañará la muy conocida superstición de los primeros 3 meses, así que tratamos de aguantarnos hasta que esos fulanos 3 meses transcurren, y después explotamos a contárselo hasta a los desconocidos en el supermercado, sin embargo, siempre siempre al enterarnos le contamos inmediatamente a la familia y a nuestras mejores amigas, y a partir de este momento precisamente sabremos si nuestras amigas son unas Brujas Honestas o unas Hadas Tramposas!

Se preguntarán a que me refiero, pues sencillamente a que rara vez tus amigas te dicen toda la verdad acerca de lo que va a ocurrirte a partir de ahora, física, mental y emocionalmente, afortunadamente mis verdaderas amigas todas son unas brujas, y fueron más que sinceras, podría decir que hasta demasiado gráficas en algunas oportunidades, pero hoy se los agradezco de todo corazón, porque como ya lo hemos comentado aunque nada te prepara realmente para ser mamá, siempre es bueno tener más o menos algunas proyecciones reales al respecto.

Cuando digo que son Brujas Honestas es porque cuando estás felizmente embarazada no quieres escuchar nada que no sea empalagoso, de color pastel y con un fondo musical, así que todas las que contravengan esa sensación te parecerán unas brujas, pero también vas a encontrarte con aquellas que te acompañan en tus sentimientos poéticos y perfectos dejando de lado la dura pero necesaria realidad, las Hadas Tramposas. No con esto quiero decir que unas sean buenas y la otras no, por el contrario creo que ambas son necesarias para el equilibrio de tu psiquis gestacional, y tampoco que unas sean tus amigas y las otras no, realmente todas te quieren, claro está son tus amigas!

A lo largo de tu embarazo vas a encontrarte con todo tipo de cosas, desde los que te quieren sobar la barriga en la calle -cosa que a mi me disgustaba en demasía-, hasta aquellas que en plena reunión te cuentan lo duro que fué su aborto!!!! Sí, eso pasa!!! y afortunadamente en ese momento me acompañaba una de mis mejores brujas, que con su super escoba barrió lejos de mi todas esas malas energías y enfáticamente le recordó que estabamos celebrando mi embarazo no su pérdida, por eso les confieso que en esos momentos no hay nada como contar con una buena bruja.

Y a medida que vayan transcurriendo los días y descubran que nada es perfecto, podría asegurar que van a preferir estar rodeadas de brujas que de hadas... porque las primeras van a prepararlas y acompañarlas en el duro transcurrir de los meses y si tienen suerte como yo, tambén estarán allí para decirles la verdad -aún cuando no quieran escucharla- al paso de los años.

Nuestra propia madre, envuelta en su amor infinito en ocasiones se convierte en un Hada Tramposa y nos oculta algunos detalles un tanto desagradables pero importantes de la situación que atravesamos, siempre estamos rodeadas de un halo mágico que envuelve a todas las fututras mamás, dejándonos un tanto indefensas ante la realidad.

Así pues cuando aquella amiga nos diga que ser mamá es la cosa más difícil que ha tenido que enfrentar, y que en ocasiones ha querido salir corriendo y dejarlo todo -todo incluso a su hermoso bebé- escúchenla atentamente porque de allí sacarán las mejores referencias para futuros inconvenientes, cada hijo y cada madre son únicos, pero una cosa si es segura, ningún bebé ha estado exento de querer ser abandonado aunque sea una vez!!! Y cuando sus amigas les cuenten que ya no pueden ni respirar en el último mes de embarazo, que los calambres no las dejan dormir, que desde que son madres no les queda tiempo ni para cepillarse los dientes, que no se han cambiado la ropa desde el día anterior, que no duermen completo desde hace meses, que el mejor regalo de cumpleaños sería un día de descanso -fué una petición de mi madre a mi abuela cuando yo nací-, que no ha podido tener con su esposo una conversación de mas de tres minutos desde que nació su bebé y que está tan agotada que en ocasiones solo se sienta a llorar, sepan que cada una de esas cosas son completamente ciertas y que seguramente ustedes vivirán aunque sea una de ellas, pero les aseguro que sus brujas también con lágrimas en los ojos les dirán que nunca habían sido tan felices!

Ahora bien si están rodeadas de Hadas Tramposas, que les hablan sólo de lo maravilloso que es el embarazo y sentir una personita que se mueve dentro de ti, que parir no duele, que nada se compara al momento en el que ves los ojos de tu bebé por primera vez, que verlo dormir es una experiencia casi sobrenatural, que amamantarlo es casi mágico, y que ser mamá es lo mejor que les ha pasado en la vida... escuchen igual atentamente porque seguramente todo eso también es verdad, sólo que ésta es la versión con edulcorante de las anteriores.

Vivan cada momento de sus embarazos y de su maternidad a plenitud, escuchen siempre con atención un buen consejo y no descarten nada por insólito que parezca, pero sobretodo agradezcan por tener en su vida a las brujas y las hadas de su cuento!!

Claudia

RESULTADO: POSITIVO

Luego de algún tiempo de ausencia, por eso de que a las mamás nos faltan horas en el día, regreso para seguir compartiendo con ustedes mis in-experiencias en el arte de ser mamá y todo lo que eso conlleva.

Como bien lo expresa el título que decidí colocarle a mi historia, quisiera hablarles de mi experiencia en el momento en que confirmamos que efectivamente ¡estamos embarazadas! Y claro está, un poco del antes y el después.

Yo, siempre fui y quizás sigo siendo bastante tradicional e incrédula con respecto a ciertas cosas, razón por la cual por ejemplo no me gustan las comidas precocidas o listas para servir, porque me cuesta creer que una comida que fue preparada en serie y condensada en una lata, caja o bolsa, pueda saber bien, y lo mismo me pasaba con las pruebas caseras o test de embarazo que venden en la farmacia, lo fácil no siempre es confiable, así que opté por la tradicional y muy segura prueba de sangre, pero lejos de lo que yo creía no resultó ser tan simple...

En primer lugar esperé que llegara y pasara el día de mi menstruación, gracias a la naturaleza creo que es en lo único en lo que soy puntual, así que pasado ese día estaba casi segura de que estaba embarazada, pero como apenas era la primera vez que lo intentábamos no quise ser tan optimista para evitar futuras decepciones, así que me fui al laboratorio más cercano para realizarme mi prueba, y allí me encontré con el primer obstáculo.

Llego yo, con mi cara radiante y de señora casada -porque a pesar de que siempre nos ufanamos de ser liberadísimas, feministas y mujeres independientes ajenas e indiferentes a los pensamientos de los demás por lo que somos, en el fondo, muy en el fondo no nos gusta que nos juzguen de manera alguna-, así pues que me dispuse a comunicarle a la señorita que atendía que yo venía realizarme una prueba de embarazo, a lo que ella sin levantar siquiera la mirada me pregunta: ¿cuántos días de retraso tiene?, con una voz casi automática como salida de una grabadora de buzón de voz, y como afortunadamente fui más rápida que ella le hice una pregunta antes de responder: ¿por qué, eso es importante? A lo que ella monótonamente responde que sí porque debo esperar 15 días después del primer atraso, que si antes de eso no es confiable, etc., etc., etc., pero como yo no estaba dispuesta a esperar toooodo ese tiempo le dije que exactamente ese era el tiempo que tenía de retraso y que por favor me tomara la muestra, pues así fue, vino otra señorita un poco más amable me sacó la sangre, y al salir le pregunté a la primera en cuanto tiempo podía recoger los resultados y nuevamente con voz de aburrimiento me dijo que para la tarde podía recogerlos.

De más está decirles que esas horas se hicieron eternas, sobre todo porque no quería decirle a nadie y menos a mi esposo que había ido a hacerme la prueba, un poco porque no quería decepcionar a nadie pero fundamentalmente no quería decepcionarme a mí misma, así que esperé, esperé y esperé, hasta que se hizo la hora de recoger mis resultados.

Hasta ahora supongo que todas han seguido con verdadero interés la historia, para esperar el momento mágico en el que yo abriese el sobre y descubriera el resultado; pues yo también soñé con ese momento, pero aquella señorita que apenas me había mirado cuando fui en la mañana, sólo estaba esperando que yo regresara para echarme a perder mi tan esperado momento, y cuando apenas le pregunté por mis resultados, ella muy sonriente me lo entrega y me dice “FELICITACIONES”!!!!! ¡Quería asesinarla!  

Había pasado la madrugada entera, la mañana y ya parte de la tarde imaginándome corriendo para llegar a mi casa y sentada en mi cama destapando el sobre para saber por fin si iba a ser mamá! Y esta mujer desconocida, poco amable, y completamente falta del sentido de la oportunidad, echó a perder en segundos lo que me había tomado largas horas de angustiosa espera acompañadas de una incertidumbre venenosa!!

No quisiera aburrirlas contándoles cada detalle de lo que vino después, solo quiero decirles que me desquité, pues pasé toda la tarde que me quedaba, planificando cómo decírselo a mi esposo, cosa que disfruté mucho sobre todo al ver su cara que era una mezcla de terror absoluto con una felicidad que aún disfruta y que gradualmente fue adquiriendo a medida que se consumía la botella de champaña que le tenía preparada.

Pero no quisiera despedirme sin antes contarles que a pesar de toda mi experiencia y de que la segunda vez me hice la prueba en un sitio completamente distinto, la señorita también poco amable del otro laboratorio, me hizo exactamente lo mismo que aquella otra hacía 3 años atrás, así que hoy en día no descarto las pruebas caseras, disfruten su momento a solas y si les quedan dudas, hagan como yo, vayan a un laboratorio y permítanle a una desconocida que les dé la noticia más importante de sus vidas con absoluto desparpajo.

Solo me queda decirles como siempre que no estoy aquí para dar consejos, sólo quiero compartir mis aventuras y desventuras y recordarles que la última palabra es de ustedes.

Claudia

martes, 3 de abril de 2012

AUXILIO!! Estoy amamantando! Parte 1

La Organización Mundial de la Salud dice "que la lactancia es una forma inigualable de facilitar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo correcto de los niños". Y ciertamente la lactancia materna ha tomado una auge importante en la última década, por lo que la mayoría de nosotras tomamos la firme decisión de amamantar a nuestros hijos desde el mismo momento en el que nos sabemos embarazadas.
Nuestro médico por lo general también nos asesora al respecto, cómo remediar unos pezones invertidos, o cómo estimular la posterior salida de la leche, la importancia del calostro y una cantidad de cosas más que creemos nos hacen unas expertas en el arte de amamantar.
Y así llegado ese momento mágico en el que recibimos en los brazos a nuestros hijos por primera vez, estamos completamente seguras de que vamos a ser capaces de satisfacer por completo las necesidades alimenticias de nuestro bebé.
Pero como iremos viendo a medida que transcurre el tiempo, nada en la maternidad puede darse por sentado... Así pues una vez que tenemos a nuestro(a) hijo(a) en brazos, con el amor más grande conocido en el mundo nos disponemos a vivir la maravillosa experiencia de amamantar!
La enfermera, tu médico, tu esposo, tu mamá o el que esté más cerca, te hace entrega de un hermoso bebé que grita a más no poder porque tiene hambre y tú, con tu instinto sobreprotector de madre te dispones a solucionar cualquier cosa que se interponga entre tu bebé y su felicidad.
Y haciendo uso de todo tu conocimiento, te desatas tu bata escogida con sumo cuidado para pasar tus días de convalescencia, te desabrochas tu brasier para amamantar que te compraste hace 6 meses, cuando te preparabas como buena mujer de este siglo para el acontecimiento que se aproxima, tomas a tu bebé con toda la delicadeza que te da el amor de madre y lo colocas frente a tus hinchados pechos, acercas su cabecita hacia ti, abre su boquita desesperada y comienza a succionar... un momento mágico!
Pero justo en ese momento te das cuenta de que ninguna persona, ni tu mamá que se supone que te quiere más nadie que en el mundo, ni tu hermana que debe ser tu mejor amiga, ni tu mejor amiga que debe ser tu aliada, ni tu médico que debe ser tu mentor, ni los libros, revistas, blogs, etc. que se supone que están allí para ayudar, te dijeron realmente lo que significaba amamantar a tu bebé!
Con la primera succión vienen una cantidad de sensaciones y sentimientos todos contradictorios, y lejos de lo que pensabamos, la mayoría de ellos son terribles. Sí, comenzando por el dolor indescriptible que sentimos cada vez que el bebé chupa, la desesperación absoluta que experiementamos cuando no logra agarrarse bien al pezón y no consigue alimentarse y la impotencia de no poder salir corriendo de aquel lugar y devolver ese bojote gritón al primero que se te atraviese, te das cuenta de que nada es lo que parece...
Pero claro como la maternidad es así, fácil pues, tenemos que agregar también la cantidad de gente que tienes metida en la habitación tratando de darte instrucciones precisas acerca de como dar de mamar, y tú que ya a estas alturas has perdido la pena y hasta la dignidad, luego de andar por ahí medio desnuda y vulnerable abriendo tus piernas cada media hora para que te revisen, quieres recuperar la poca verguenza que te queda, pero no, hay quienes hasta tienen la gallardía de agarrarte el seno y la cabeza de tu bebé para enseñarte como se supone que se hace.
Normalmente durante tu estadía te visita alguien relacionado con el tema de la lactancia y te asesora para tal fin, claro todo es teórico, nadie excepto tú misma podrá ayudarte realmente.
Yo que además soy cuadrada para algunas cosas, me tomé el tema con mucha seriedad y le prohibí al personal de la clínica que le dieran fórmula a mi hija, pues yo iba a alimentarla con lactancia materna exclusiva!. Jajajaja, afortunadamente mis hijas, ambas, nacieron chupando como si de eso dependiera sus vidas (ciertamente es así), y gracias a la benevolencia de la naturaleza yo producía leche para amamantar a unos trillizos, pero como madre inexperta estaba convencida de que los bebés realmente comen basados en un horario, y quizás así era, los bebés alimentados con leche materna comen cada 2 horas aproximadamente, pero nadie te dice que en esas 2 horas están incluidos los 45 minutos que demoran en comer de cada pecho, la sacada de los gases y el posterior cambio de pañales, entre los cuales transcurren las 2 horas y ya debes alimentar a tu bebé nuevamente, suena aterrador verdad?, efectivamente lo es, y todo eso sin contar con que tus pezones ante aquel maltrato constante se agrietan y comienzan a sangrar, y así a la hora de comer, tu bebé llora y tú también, lo probé todo, cremas, pezoneras, saca-leche, pero nada me funcionó...
Mi pobre esposo preocupado y agotado me proponía el fulano tetero, yo me negaba absolutamente pues estaba convencida de que si le daba fórmula a mi bebé me convertiría en una mala madre, y sólo el tiempo y mi profundo amor me dieron la solución...
Los días pasaron y mis heridas sanaron, mis pezones eran mas resistentes que cualquier tetina de silicón de última tecnología, ya tenía más o menos dominado el arte de cambiar de pecho en el momento indicado y ya mi hija comía con más destreza, y así comencé realmente a disfrutarlo, y sí es mágico, ver la cara de total éxtasis de tu bebé cuando lo amamantas y sentir que le estas regalando salud no tiene precio, de hecho tus senos se convertiran en tu mejor aliado, cada llanto, malestar, vacuna o fiebre, será solucionado con una buena dosis de "teta".
Di de mamar a mis hijas mucho tiempo, a la primera por un año y a la segunda por dos, y estoy muy agradecida con la vida por esa oportunidad, pero sólo tú puedes decidir qué hacer, si por alguna razón no puedes amamantar, bien sea por decisión propia o porque fisiológicamente no es posible, no serás ni peor ni mejor madre que yo, estoy absolutamente convencida de que la lactancia no puede ser impuesta, ya que no sólo no vas a disfrutarlo si no que además físicamente no te será posible, pues en ese momento todo tu cuerpo está conectado a tus emociones, y aunque también estoy convencida de que dar de mamar es un regalo, nada está escrito en el camino de la maternidad y para que realmente puedas sobrellevarla debes ir a tu ritmo.
Una vez más sólo queremos compartir experiencias, hacerte saber que nos estás sola, que no eres extraterrestre y que todo al final tiene una solución, cada hijo es diferente, dicen, pero también cada madre es única, así que sencillamente llora, ríe, angustiate, desespérate, es decir, sé madre y disfrútalo!!!

sábado, 24 de marzo de 2012

REMEDIOS CASEROS: Mito o Realidad

Continuando en la onda medicinal, hoy quiero hablarles acerca de los tan conocidos Remedios Caseros, y su incidencia directa en esto de ser madres. Desde una uña encajada hasta un cálculo en los riñones encuentra una solución en las recomendaciones de la abuela. Sean tus padres "muy leídos y muy escribidos", o vengas de una familia más humilde, hayas sido de los afortunados cuyas vacaciones escolares transcurrían entre Disney y Europa, o de los que disfrutaban de las bondades de otrora de los balnearios Varguenses y perseguían cangrejos en la Laguna de Tacarigua, sin importar tu clase social, podría asegurar sin temor a equivocarme que aunque sea una vez, todos hemos sido víctimas de un Remedio Casero!

Y cuando digo víctimas, me refiero exactamente a eso, pues no hay uno que no sea, amargo, ácido, repugnante, desagradable o hasta peligroso. Así que hagamos pues, el recorrido por nuestra niñez, y de seguro encontraremos alguna receta de esas que le pone la piel de gallina a cualquiera.

En mi caso, siempre fui una niña muy sana, pero había un mal que me aquejaba más o menos cada 15 días, la abominable amigdalitis, entre dolores de garganta y fiebres altísimas, transcurrieron mis primeros años, y uds. se preguntarán: porque no me las sacaron?, pues porque mi madre repetía como una oración al altísimo lo que mi bisabuela decía: las amigdalas no se deben sacar porque si están ahí es por algo!, y ella como buena nieta de un matriarcado hacía caso absoluto a las palabras de su abuela. Así pues terminaba yo con fiebre de 40 metida en una bañera llena de agua y alcohol, a lo que posteriormente seguían 4 o 5 días de tratamiento con los aterradores "tocamientos", que consistían en introducir en la garganta del niño (a) enfermo (a) dos dedos de un adulto envueltos en gasa y empapados en una solución de miel con bicarbonato y limón. Ahora de adulta entiendo mi tolerancia absoluta a las náuseas....

Afortunadamente crecí y mejoré, pero en mi camino vi como mi hermana pasaba por una infinidad de preparados misteriosos para curar el asma, desde berro con leche, cebolla morada, la penca de sábila, hasta unas mezclas con aceite de pescado, y por todo eso juré apegarme estrictamente a la medicina occidental, pero no contaba con que cuando me convirtiese en madre, cualquier juramento quedaba inavalidado en el primer llanto de mi hija. Cuando vi por primera vez la cara de mi bebé, me di cuenta de que de ahí en adelante mi vida estaría dominada por esos ojos café.

Como buena madre de este siglo ya había leído yo cuanta publicación seria existiese acerca del arte de ser mamá, (jajajajaja que ilusa) los primeros días mi hija y yo nos acostumbrabamos la una a la otra y cuando por fin tenía casi dominado el trabajo casi mítico de la lactancia, la Pedriatra diagnostica Cólico del Lactante cuya definición es la siguiente: episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día, 3 días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado. Si, efectivamente mi hija lloraba por horas, por días, y por meses, desesperada acudí a cuanta amiga tenía, consulté con mi madre, tías, primas, me hablaron de todo, que si unas goticas mágicas, que si una medicina maravillosa, pero la respuesta de la Pediatra siempre era la misma: está muy chiquita para darle medicamentos, sigue con tu dieta y ten paciencia que ya pasará. Claro cuando yo salía del consultorio acababa su problema y comenzaba el mío, yo, que ya prácticamente no podía comer nada porque todo le daba cólicos a mi bebé a través de mi leche, recurrí derrotada a los remedios caseros, desde agua de anís estrallado hasta un té de hojas de laurel que me recomendó una comadre, lo intenté todo y al final, tal como lo había predicho la doctora, 3 meses y medio después mi hija dejó de llorar.

No puedo asegurar si los remedios caseros funcionaron o no, pero una cosa si es segura, como bien dice el dicho: "lo que no mata, fortalece", es por eso que hoy en día aún cuando confío plenamente en los profesionales de la salud, no descarto nunca una buena recomendación de mi madre o alguna sexagenaria que tenga a bien darme algo de su infinita sabiduría.

Así que cuando la lechina atacó despiadamente a mi familia, no reparé en comprar la "chinchamochina", una hierba que hervida en agua alivia los síntomas, como tampoco dejé de probar el aguardiente blanco con alcanfor y almidón para refrescar, y cuando mis hijas tienen de esas fiebres que ningún antipirético quita, no puedo descartar las plantillas de periódico o la borra de café en los pies para bajar la temperatura.

Ahora bien, mi intención no es dar consejos ni recomendaciones, es sólo el compartir con uds. vivencias personales que de una u otra forma les hagan saber que no están solas en esto de ser madres. Por lo tanto no puedo decir qué camino es mejor, sólo sé que soy una mujer sana, y que como heridas de guerra puedo lucir, mis dos grandes amígdalas!

Claudia Soto

viernes, 23 de marzo de 2012

ABUELA VS PEDIATRA


Tu madre (y en ocasiones tu suegra) te acompañan durante tu embarazo, dándote consejos sobre qué debes y qué no debes hacer cuando nazca tu bebé. Historias van, historias vienen, que si cuando tú eras chiquita diste muchos dolores de cabeza porque te la pasabas enferma, que si antes los niños no se enfermaban tanto, que si los médicos de ahora no sirven etc.  En fin, la experiencia se desborda, a veces tanto que sientes que te ahogas.
Ya nacido tu bebé, uno de tus primeros deberes es llevarlo a pediatra. Dependiendo de la cantidad de hijos que tengas  ese será un momento súper excitante o sencillamente tu bolsillo temblará cada vez que se acerca la famosa visita.
Tu mayor disyuntiva es esta: quién sabe más? Tu madre que te crió, te hizo una mujer de bien, que pasó noches en vela por ti, que te dio menjurge tras menjurge durante toda tu infancia, o un PEDIATRA que es un ser humano que dedicó como mínimo 10 años de su vida estudiando para ser lo que es hoy en día. Es una decisión difícil porque debes pensar: ¿Qué hago?, ¿Pongo la vida y la salud de mi hija (o) en las sabias y experimentadas manos de mi madre que tantas veces cuidó de mí entre tos, fiebre, vómitos y delirios, o en manos de un Profesional cuya vocación y modus vivendi es velar por la salud de los niños?
Este es un tema definitivamente extenso y se merecería un apartado por cada síntoma del niñito pero el más emblemático para mí es este:
Cuando tu hijo tiene fiebre por primera vez escuchas en tu cabeza casi al unísono estas dos voces:
Abuela: hija cuidado con el sereno, mejor no lo bañes, ponle aguardiente en la frente y arrópalo pa´que sude la fiebre. Ahhh y dale antibiótico porque donde hay fiebre hay infección……..
Pediatra: quítale toooda la ropa, déjalo lo más descubierto que puedas, báñalo durante 20 min. con agua tibia, dale sólo atamel y vamos a esperar tres días, si la fiebre persiste le hacemos unos examencitos.
Ahhhhhh?????????  Ajá y aquí es donde te das cuenta de que estás más perdida que Yanomami en casino.
El pediatra te cuenta que los mocos deben ser transparentes, si son verdes están infectados, debes lavarle la nariz con suero fisiológico tantas veces como puedas y que el muchacho sienta que ya tiene mojado hasta el cerebro, que la tos perruna es síntoma de una cosa y la tos con flema de otra, que el goteo nasal nocturno también produce tos, que si hay diarrea hay que reponer la flora intestinal, y una cantidad de conceptos más que no sabes si lo hace para impresionar y para que tú digas: perroooo, este tipo sí que sabe. Lo más probable es que lo haga para confundirte totalmente hasta el punto de que estés tan loca que no preguntes más.
Llegas a la casa e inmediatamente llamas a tu mamá para contarle todas las cosas inentendibles que te dijo el médico y para aclararle que tu único consuelo es que el niño sólo tiene un virus, que se quita sólo, que únicamente le mandaron suero fisiológico y mucho líquido y esperar,    que más o menos en tres días cede la fiebre. Después de escucharte atentamente, horrorizada tu mamá te responde: ay hija, ese médico no sabe nada, ahora todo es un virus, más médico soy yo que bastante que se enfermaron uds. y ahí están, no se murieron…..
No, no nos morimos, es cierto, pero nos hicimos inmunes a todos los antibióticos, después de 30 años descubrimos que esos retorcijones que nos daban en el cole era intolerancia a la lactosa, que cuando tenemos tos y es alérgica, un helado no va a causarnos una pulmonía, y que muchos de los problemas de colon irritable, gastritis y úlceras se podían haber prevenido si nuestras madres abnegadas hubiesen tenido de aliados unos excelentes pediatras como los que existen hoy en día.
Dejamos a su sano juicio la decisión a tomar, y desde lo más profundo de mi corazón les confieso, que sólo uds. saben lo que deben hacer, porque las madres tenemos un sexto sentido…….

martes, 20 de marzo de 2012

¿QUIERO SER MAMÁ?

¿Qué mujer, llegado el momento no se hace la pregunta de rigor? ¿Quiero ser mamá?

Algunas toman la decisión luego de tener muchos factores a favor, el esposo, la casa, el carro, la carrera, y en otras ocasiones la naturaleza toma la decisión por ellas; sin importar cuál sea el caso, el resultado siempre es el mismo, ¡vas a tener un bebé!.
Al confirmar el hecho, enfrentas el conflicto interno, te debates entre la alegría y el terror, no sabes si vivir el cuento de hadas que te contaban de niña, o dejarte llevar por la cruda realidad de la crisis económica. Una vez enfrentado esto, tus hormonas te sumergen en un paraíso de colores pasteles en el que sólo hay espacio para ropita talla 0 y cursos de parto natural, en el que tendrás la oportunidad de compartir con otros lo que consideras, tu milagro personal.
A partir de allí comienza el largo y agridulce camino del embarazo, entre vómitos, calambres y el inexorable aumento de peso, llega el primer Eco, que te muestra al más puro estilo de la televisión real una foto que nadie entiende pero que te aseguran que es tu bebé, así continúas el recorrido entre largos monólogos con tu vientre y las incontables idas al baño.
Transcurren los días y te acercas a la tan esperada fecha, que dicho sea de paso, nunca es la que te dicen a menos claro que decidas de antemano que así sea, lo que personalmente considero aterrador, el sólo hecho de saber la hora, el momento y el lugar, en el que tendrás que hacerle frente a una situación en donde tú llevas todas la de perder, me parece espeluznante además de masoquista, por decir poco!
Pero al final, nada de esto se compara con lo que vendrá con la primera contracción. Seas pro parto natural o adicta a la anestesia ese momento es único e irrepetible, cuando después de sudar, gritar y mucho pujar, escuchas a tu médico que dice: ¡Felicitaciones, ya eres mamá!
A partir de ese momento NUNCA volverás a ser la misma, pero te juro que SIEMPRE aunque sea por un minuto al día, serás la mujer más feliz del mundo.
Bienvenida a mi mundo!
Claudia Soto

Para todas las madres, y para las que creen que quieren serlo

Después de muchas conversaciones, mi hermana, (madre de dos hermosas niñas) y yo (que como buena hermana menor no podía dejar de imitarla teniendo también dos lindas niñitas) caímos en cuenta de que esto de ser madres, es maravilloso, sí, deja satisfacciones, hace que descubras el amor más grande de tu vida, multiplica tu corazón tantas veces como hijos tengas, pero, de manera radical produce un movimiento telúrico en tí, en tu alrededor, en tu cotidianidad y en todo lo que hacías o pensabas hacer. Lo mejor del caso, es que NADIE, ni tus amigas, vecinas, primas,  ni siquiera tu propia madre que se supone debe amarte con toda la intensidad que existe en el espectro de los sentimientos, te cuenta las verdades de convertirse en mamá.
Decidimos crear este blog para drenar frustraciones, alegrías, logros y fracasos, todos conseguidos desempeñando, como podemos, el papel de madres, además para que cualquier mujer u hombre que lea nuestras desinteresadas líneas puedan sentir que no están solos, que aquel día en que pensaron deshacerse de esa criatura horrible que no paraba de llorar, de reclamar atención y que hace una semana no los dejaba dormir, no estaban enloqueciendo ni se habían convertido en alienígenas desnaturalizados, ni tampoco les iba a caer el peso de la ley, ese día simplemente fueron seres humanos agotados y seguramente estrenándose en el complicadísimo rol de padres, y puedan estar seguros de que no son los únicos, que en cualquier rincón del mundo en este momento habrá alguna mujer con una gran depresión post-parto preguntándose cuándo fue que se le ocurrió salir embarazada.
Madres in-expertas......... sí, somos MADRES, intentamos ser IN por aquello de que los hijos crecen y debes estar al día con todo, verte bien, saber de tecnología, ser malabrista, matemática, médico, psicológo, etc., estar en todo pues. Expertas????? bueno, eso lojuzgaremos con los años, la experiencia que nos ha dado ser madres nos sirvió para determinar que muchas mujeres como nosotras se preguntan por qué no hay nadie con las agallas de decirles que el día que te conviertes en madre eres un ser PERFECTO, COMPLETO y totalmente VULNERABLE e INEXPERTA........
Que se rían es uno de nuestros fines, que se identifiquen, que lloren, que pregunten, que nos cuenten. Sólo queremos saber que tampoco estamos solas, y que todas, por muchos hijos que tengamos en algún momento somos MADRES IN-EXPERTAS.
Bienvenidos



Marcela Soto