viernes, 23 de marzo de 2012

ABUELA VS PEDIATRA


Tu madre (y en ocasiones tu suegra) te acompañan durante tu embarazo, dándote consejos sobre qué debes y qué no debes hacer cuando nazca tu bebé. Historias van, historias vienen, que si cuando tú eras chiquita diste muchos dolores de cabeza porque te la pasabas enferma, que si antes los niños no se enfermaban tanto, que si los médicos de ahora no sirven etc.  En fin, la experiencia se desborda, a veces tanto que sientes que te ahogas.
Ya nacido tu bebé, uno de tus primeros deberes es llevarlo a pediatra. Dependiendo de la cantidad de hijos que tengas  ese será un momento súper excitante o sencillamente tu bolsillo temblará cada vez que se acerca la famosa visita.
Tu mayor disyuntiva es esta: quién sabe más? Tu madre que te crió, te hizo una mujer de bien, que pasó noches en vela por ti, que te dio menjurge tras menjurge durante toda tu infancia, o un PEDIATRA que es un ser humano que dedicó como mínimo 10 años de su vida estudiando para ser lo que es hoy en día. Es una decisión difícil porque debes pensar: ¿Qué hago?, ¿Pongo la vida y la salud de mi hija (o) en las sabias y experimentadas manos de mi madre que tantas veces cuidó de mí entre tos, fiebre, vómitos y delirios, o en manos de un Profesional cuya vocación y modus vivendi es velar por la salud de los niños?
Este es un tema definitivamente extenso y se merecería un apartado por cada síntoma del niñito pero el más emblemático para mí es este:
Cuando tu hijo tiene fiebre por primera vez escuchas en tu cabeza casi al unísono estas dos voces:
Abuela: hija cuidado con el sereno, mejor no lo bañes, ponle aguardiente en la frente y arrópalo pa´que sude la fiebre. Ahhh y dale antibiótico porque donde hay fiebre hay infección……..
Pediatra: quítale toooda la ropa, déjalo lo más descubierto que puedas, báñalo durante 20 min. con agua tibia, dale sólo atamel y vamos a esperar tres días, si la fiebre persiste le hacemos unos examencitos.
Ahhhhhh?????????  Ajá y aquí es donde te das cuenta de que estás más perdida que Yanomami en casino.
El pediatra te cuenta que los mocos deben ser transparentes, si son verdes están infectados, debes lavarle la nariz con suero fisiológico tantas veces como puedas y que el muchacho sienta que ya tiene mojado hasta el cerebro, que la tos perruna es síntoma de una cosa y la tos con flema de otra, que el goteo nasal nocturno también produce tos, que si hay diarrea hay que reponer la flora intestinal, y una cantidad de conceptos más que no sabes si lo hace para impresionar y para que tú digas: perroooo, este tipo sí que sabe. Lo más probable es que lo haga para confundirte totalmente hasta el punto de que estés tan loca que no preguntes más.
Llegas a la casa e inmediatamente llamas a tu mamá para contarle todas las cosas inentendibles que te dijo el médico y para aclararle que tu único consuelo es que el niño sólo tiene un virus, que se quita sólo, que únicamente le mandaron suero fisiológico y mucho líquido y esperar,    que más o menos en tres días cede la fiebre. Después de escucharte atentamente, horrorizada tu mamá te responde: ay hija, ese médico no sabe nada, ahora todo es un virus, más médico soy yo que bastante que se enfermaron uds. y ahí están, no se murieron…..
No, no nos morimos, es cierto, pero nos hicimos inmunes a todos los antibióticos, después de 30 años descubrimos que esos retorcijones que nos daban en el cole era intolerancia a la lactosa, que cuando tenemos tos y es alérgica, un helado no va a causarnos una pulmonía, y que muchos de los problemas de colon irritable, gastritis y úlceras se podían haber prevenido si nuestras madres abnegadas hubiesen tenido de aliados unos excelentes pediatras como los que existen hoy en día.
Dejamos a su sano juicio la decisión a tomar, y desde lo más profundo de mi corazón les confieso, que sólo uds. saben lo que deben hacer, porque las madres tenemos un sexto sentido…….

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