miércoles, 5 de junio de 2013

TRABAJAR O SER MAMÁ AL 100%?, THIS IS THE QUESTION

Amigas lectoras: como bien saben, este blog fue creado y es nutrido por dos hermanas. Si bien su fin básico fue crear una ventana de consuelo, identificación y humor para uds, muy en el fondo es una especie de catarsis para nosotras, dos madres con la misma crianza pero de 2 décadas diferentes y con influencias igual de diversas.
Ayer, conversando con mi hermana, saludé muy de cerca a ese fantasma de la inconformidad que llevamos dentro. Muy extrañamente me tocó a mí ser la Ecuánime, rol que por lo general cumple ella. El tema? un poco complicado y por eso agradecí haber heredado de mi padre la facilidad de hacerse el loco, jajajajaja.
La conversación fue sobre la frustración que enfrentas tan a menudo siendo madre, sobre todo cuando decides no trabajar y dedicarte a tu familia.. Cuando salimos embarazadas, además de la retahíla de cosas que nos pasan y que sentimos debemos tomar una decisión sobre nuestro futuro laboral. Me atrevo a decir que hay tres opciones o clasificaciones. Madres que se dedican únicamente a eso, a ser madres, amas de casa, esposas (esas que como mi hermana, o como yo en algunos momentos nos sentimos..... poco útiles para la sociedad). La segunda es aquella madre que por necesidad y enfrentando la crítica situación económica actual debe salir a trabajar y dejar a sus hijos bajo el cuidado de abuelos, nanas o guarderías (éstas en algún momento se sienten culpables por pasar muy poco tiempo con sus hijos, se preocupan por su cuidado y a pesar de que a veces son el sostén del hogar no consiguen paz). Por último tenemos aquellas que realmente aman su profesión tanto como ser madres y deciden trabajar aunque no dependan de ello para subsistir, e intentan encontrar un equilibrio, casi utópico entre las dos cosas (estas suelen ser madres de una posición económica holgada que les permite poder incluso prescindir de su trabajo si algún imprevisto con sus hijos se los exige, y son bastante escasas).
Todas, sin importar  la clasificación a la que pertenezcan, sufren en algún momento una frustración, preocupación, duda e inconformidad, todas se hacen en algún instante esa pregunta Y si......?. 
En mi caso, siempre tuve la opción de escoger, pude quedarme en casa con mis hijas, trabajé para una buena empresa, tuve un negocio propio, dejé a mis hijas bajo el cuidado de su abuela, en colegio, conmigo, etc. agradezco a Dios por esa bondad. En ese ir y venir siempre había una inconformidad, una frustración, si estaba en casa quería salir a trabajar, si trabajaba me sentía mala madre, en fin un círculo vicioso. Gracias a Dios hoy tengo un trabajo con un excelente horario en donde puedo llevarme a mis hijas, pero claro, nunca dejo de inventar, algo se me ocurre siempre para producir más y/o para complicarme la vida.
Ayer, por tanto me enfrenté a una gran frustración, cuando mi hermana y yo en una conversación de escasos minutos arreglamos el mundo, desmontamos gobiernos, administramos la ONU, creamos y aprobamos leyes y todo por telf. ¿Que por qué me frustré ante tal hazaña? pues porque todo eso no sirve para mantener a mis hijas y porque si mi hermana, una excelente madre, profesional, inteligente, buena esposa y la mejor hermana está insatisfecha ejerciendo su profesión y se plantea conflictos existenciales qué quedará para mí?, que si bien soy menor que ella no gozo de esa facilidad innata de sacar cuentas, coser, cocinar, crear, enseñar y hasta limpiar.
Entonces me puse el chalequito de Mujer Satisfecha, la enfrenté (por whatsapp, claro está) con una carita como esta :( diciéndole que en la vida es imposible tener todo y que tenía dos opciones: aceptar la decisión que tomamos de ser madres abnegadas y haber estado en stand by laboral durante muchos años, por lo que actualmente cualquier empleo sería muy mal pagado y sentirnos orgullosas de eso, o sentirnos mal, culparnos, cuestionarnos y envejecer amargadas e insatisfechas.
Pero lo mejor de todo, es que llegué a la conclusión que me sacó la espinita y me hizo sentirme mejor: TODO ES CULPA DE MI MAMÁ. Claro, como no sentirse mal ante la sombra de una Súper-mujer? Profesional como pocas, con un trabajo estable al que entregó 30 y pico de años de su vida, madre soltera de dos hijas a las que no les faltó nada nunca, sin lujos pero con una excelente educación, que era bella, jamás salía desarreglada ni a comprar el pan, nunca la vi despeinada o descuidada, cocinaba, revisaba tareas, iba a los actos del cole, escribía nuestros discursos para eventos especiales, fue presidenta vitalicia de la Junta Directiva de nuestra primaria, excelente hija, hermana, tía y madrina, y hasta el sol de hoy, aun jubilada trabaja. Ahhhh, pero por supuesto, se preguntarán cómo hizo? poderes mágico no tiene, y eso lo entendí después de que me convertí en adulta, lo primero es que vivía en otra época, con una crisis económica muchísimo menos acentuada que la actual, y lo más importante, contó con la ayuda de un Hada Madrina: mi nana, mi segunda madre, antagonista total de mi mamá biológica pero con el corazón más grande que existió. Entonces ante tal arroz con mango, cómo sentirse bien con una misma?. Pues sencillo, somos el fruto de esa súper mamá, pero no contamos con nana, ni sra de servicio, nos manejamos en una sociedad hostil, respondemos a nuestros hijos preguntas acerca del Calentamiento Global, sorteamos la inseguridad a diario, multiplicamos el sueldo así como Cristo los panes, hemos desarrollado cualidades de detectives para saber dónde están los productos que escasean, corremos con este ritmo de vida 300% más rápido que el de esa época y aun así seguimos en pie.
Hermana, lectoras todas, les digo que sólo hay que ser felices, con lo que tengamos. Ser madres, esposas, amigas, ciudadanas, etc, es posible sin morir en el intento, sólo hay que disfrutarlo y aceptarlo  y si es posible comprar una botella de vino (que por cierto están carísimas) para los momentos de crisis y un buen psicólogo a la mano.
Sean lo que sean háganlo con amor y siéntanse orgullosas de la opción que tomaron sin dejar a un lado sus sueños.


Marcela Soto

1 comentario: